Señas de identidad Byron Becquer

COMO MARCA

Carácter «romántico». El Romanticismo es el espejo en el que nos miramos, nuestra fuente infinita de inspiración, el hilo conductor de nuestra obra. Becquer, Lord Byron, Delacroix, Friedrich, Beethoven, Allan Poe, Goya, Chopin... En algún momento de nuestras vidas todos hemos sido alcanzados por el legado de sus obras o de sus épicos personajes, a menudo convertidos en auténticos iconos como Edmond Dantés, D´Artagnan, Jane Eyre, Dorian Gray, Hercule Poirot, Elizabeth Bennet, Mr Darcy o Sherlock Holmes. Todos ellos y los escenarios que les rodean - como las crónicas del Lobo de Gevaudan, la vida rural, la "naturaleza pura", la arquitectura gótica o la majestuosa luna llena - conforman el atrezzo ambiental de la época, que tan útil puede resultar a una marca de ropa para establecer un marco creativo. Esta firma es, ante todo, un homenaje a este periodo tan rico de la cultura universal. 

Patrimonio nacional. Como todo buen «romántico» valoramos y amamos la herencia de nuestra tierra, los frutos de nuestros autores y las hazañas de nuestros héroes. Por este motivo Byron Becquer persigue empaparse de este legado y trasladarlo al lenguaje de lo vestible y de lo visual. Así como aspira a llevar todo ello a cada casco antiguo de las principales villas históricas de nuestro país. El Madrid de los Austrias, la judería de Toledo, la villa romana de Segovia... Escenarios repletos de historia y dotados de un inmarcesible sabor a otro tiempo que solo podríamos complementar al estilo Byron Becquer: con productos llenos de personalidad y con originalidad y buen gusto, combinando ropa con antigüedades y contando historias, locales repletos de referencias a una cultura que lucimos con verdadera admiración. 

Estilo Preppy/Ivy. Estos dos estilos, tan populares dentro de la Liga Ivy de universidades norteamericanas en los años 60 y 70, son la interpretación contemporánea por excelencia de aquello que representa el Romanticismo. Y como no podía ser de otra forma, nos encantan. En el ámbito de la moda femenina también nos sentimos atraídos por el «estilo victoriano», con sus flecos y volantes y nobles tonos. De la atmósfera Preppy/Ivy nos inspiran su estilo distinguido, sus tonalidades, su lifestyle, su ánimo competitivo, y la simbología heráldico-medieval de las nobles casas aristocráticas europeas.

Amplio target. Si bien recorre el camino de lo creativo y de las marcas de autor, Byron Becquer ha demostrado gustar al público general, seduciendo casi por igual a hombres y mujeres - algo impensable para una marca recién nacida -, jóvenes y adultos, españoles y extranjeros, con su singular carácter y su calidad de tejidos, más suaves y resistentes. Gracias a estos rasgos, Byron Becquer tiene la capacidad de seducir casi a cualquier público, si bien dónde se ha demostrado que se ha despertado mayor interés y fidelidad ha sido entre el público europeo, que ya hoy representa un porcentaje mayoritario de nuestros clientes digitales y que significa una gran noticia a la hora de defender márgenes y de perseguir escalabilidad.

  

COMO PROYECTO

Cohesión y coherencia. Se dice en empresa que un error común es tratar de abarcar más de lo que debe. Para evitar esto, en Byron Becquer desde el comienzo se acotó el terreno a cubrir, empezando por el estético. Es imposible transmitir un estilo sin ofrecer cohesión y uniformidad. Todo debe ser reconocible bajo la lupa de ese estilo, todo ha de hablar el mismo idioma, y si algo diferencia a Byron Becquer es precisamente esto, la concreción y la diferenciación como puntas de lanza. Una apuesta cultural y estimulante para los sentidos que tiene su propia singularidad.

Los mejores proveedores. Quien comienza en el textil teme a los proveedores, pues representan la verdadera barrera de entrada en este negocio. El textil es un sector agitado, testigo permanente de una guerra cruzada: por un lado, marcas compitiendo por captar clientes, y por otro, proveedores luchando por captar marcas. Es fácil perderse en promesas y desinformación, y no rara vez se encuentra pronto lo que se busca. Conocedores de esa situación y dispuestos a priorizar esta cuestión, en Byron Becquer podemos presumir de contar con el mejor algodón orgánico de tipo egipcio, los mejores proveedores web, los mejores plazos y servicios logísticos, unos amplios márgenes unitarios y una alta independencia en caso de imprevistos.

Proyección internacional. A diferencia de muchos negocios de carácter local, el sector textil sí puede afirmar no tener fronteras, y esta es una ventaja obligada de aprovechar: anunciarse y vender en distintos husos horarios teniendo la capacidad logística de llegar a ellos. Como decíamos anteriormente, Byron Becquer ya vende más en el extranjero que en España. Países como Francia, Alemania, Suiza, Suecia o Noruega, con mayor nivel adquisitivo y mayor capacidad de gasto, ya son en la actualidad nuestros mejores clientes y lo han de seguir siendo, cada vez en mayor medida. Como aliados para ello debemos abanderarnos con ese estilo tan identificable, un nombre y eslogan internacionalizables por su fonética, una alta calidad percibida, y unos canales de distribución y logística a la altura de nuestras aspiraciones. 

Smart marketing, made in 2023. El marketing digital cambia tan rápido como las propias tendencias y para nosotros es importante contar con un equipo joven que nos mantenga al día, con capacidad de adaptación y que "este en el mundo" y conozca la vida dentro de las redes sociales, el epicentro de estos cambios. En Byron Becquer apostamos por estrategias de smart marketing - esto es, conseguir más con menos -, como pueden serlo las redes colaborativas con influencers, los programas de embajadores por afiliación y los anuncios ultrasegmetados, todas ellas técnicas que permiten alcanzar mayores volúmenes de usuarios a un coste inferior al habitual. En esto punto en todo caso, nuestro consigna diaria es la de emplear todas las tecnologías y métodos de marketing al alcance del anunciante hoy. Optimizar recursos y minimizar costes, teniendo presente que si tu obra no se conoce no tendrá oportunidad de cautivar a nadie (visto el caso de algún que otro pintor holandés...)